
En México, Ciudad Juárez puede ser considerada como la ciudad del feminicidio, ya que un gran número de mujeres desaparecen constantemente desde hace más de veinte años. Se encuentran cientos de señoritas inocentes asesinadas, pero hasta ahora ningún culpable.
Es por eso que una organización llamada “Nuestras Hijas de Regreso a Casa, A.C.” conformada por madres y familiares de estas víctimas, han decidido romper el silencio ante la violencia y el feminicidio. Además de sufrir con el dolor de perder a sus hijas, tienen que lidiar con la pasividad, poca respuesta, encubrimiento, impunidad y corrupción a la más indiferente actitud de funcionarios y autoridades.
Este grupo, realiza numerosas marchas en todo el país, investiga, ha logrado aliados/as estratégicos/as para no darse por vencidas. Ellas seguirán protestando, investigando, siendo fuertes para que luego algún día puedan decir “ni una muerte más”.
Protesta simbólica de zapatos rojos frente a la fiscalía en representación a las víctimas de feminicidio.
Hijas desaparecidas
Generalmente, las mujeres que son atacadas tienen entre 15 y 25 años, de bajos recursos y que normalmente han abandonado sus estudios para ponerse a trabajar a temprana edad. En su mayoría trabajan en fábricas maquiladoras, industria que domina la economía de Ciudad Juárez, empleadas informales, meseras, o estudiantes.
La inseguridad en las calles hace que estas mujeres sean raptadas, puestas en cautiverio, torturadas y violadas antes de ser brutalmente asesinadas. Los transeúntes pueden encontrar los cuerpos tirados en la calle días o inclusive años después. Lo más lamentable es que muchas de estas señoritas nunca son halladas.
Hasta el día de hoy siguen las constantes protestas en todo el país para ponerle fin a estos crímenes. Muchos le atribuyen la causa de estos crímenes el constante machismo en la ciudad, que impide que las mujeres salgan a trabajar. Otros al narcotráfico, incremento de la economía y la informalidad, etc. Pueden ser muchas las causas, pero la subordinación de la mujer es notoria, y esto no es una lucha por poder masculino sobre el femenino, son derechos humanos para todas y todos los que se están atentando.

Por eso quiero dedicar este post a todas las madres que se levantan todos los días para seguir luchando por un mundo de igualdad. Que a pesar de sufrir el peor dolor de todos que es perder a una hija, no van a descansar hasta encontrar justicia. A ustedes, madres y mujeres admirables que alzan su voz. Son un ejemplo a seguir.